Sobre víctimas y vacíos; ideologías y reconciliaciones; privatizaciones e impunidades

AutorRicard Vinyes
Páginas1-26
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SObRE VíCTIMAS y VACíOS;
IDEOLOGíAS y RECOnCILIACIOnES;
PRIVATIzACIOnES E IMPunIDADES1
Recordemos a las víctimas, permitamos que recuperen sus de-
rechos, que no han tenido, y arrojemos al olvido a aquellos que
promovieron esa tragedia en nuestro país. Esa será la mejor
lección. Y hagámoslo unidos. (Aplausos).
José Luís Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados.
26 de noviembre de 2008; IX Legislatura.
RICARD VInyES
I
Creo recordar que nunca pensé en Enrique Ruano2 como una víctima,
pero tampoco como un mártir, menos aún como un héroe y desde luego
1 Este artículo se ha realizado en el marco del proyecto HAR2011-23490
2 Nota informativa sobre el caso Ruano: El 17 de enero de 1969 la policía política de la
dictadura detuvo en Madrid al estudiante Enrique Ruano Casanova por repartir propaganda
contra el régimen. Tres días más tarde fue trasladado por tres agentes de la Brigada Político
Social al apartamento donde vivía para someterlo a registro, allí fue asesinado y lanzado por la
ventana para simular un suicidio. Aquel asesinato generó grandes movilizaciones estudiantiles
y desembocó en un decreto de Estado de Excepción. Para encubrir los hechos el Ministerio
de Información y turismo, bajo la dirección de Manuel Fraga Iribarne, manipuló pruebas
forenses, y fragmentos del propio dietario de Ruano, fueron publicados en el periódico ABC,
manipulados en tal forma que presentaban al estudiante como un potencial suicida. A pesar
de las denuncias no se realizó ninguna investigación. En 1994, la familia de Ruano consiguió
reabrir el caso en el Tribunal Superior de Justicia, y en 1996 fueron procesados los tres policías
implicados. La sentencia fue absolutoria con el argumento de que si bien había sido asesinado
no podía determinarse quién de los tres acusados había disparado.
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DIREITO MEMÓRIA E VERDADE: trajetórias democráticas
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–ese sí es un recuerdo rme- no sentí piedad hacia el muchacho asesinado
por la policía, más bien solidaridad y el calambre de un odio intenso,
perdurable, hacia quienes habían cometido el crimen y falsicado su vida
para nublar las responsabilidades propias gracias a complicidades diversas.
Gente que podía cometer y cometía ese tipo de actos, cualquier violación o
iniquidad y a los que nunca les ocurriría nada. Una convicción socialmente
compartida y comprobada en aquel entonces, cuando yo tenía dieciséis
años. Mucho tiempo después aprendí que eso se llamaba impunidad y
que la impunidad no era la protección ocasional entre compinches con
inuencias y protectores interesados, sino un sistema que sólo podía ser
activado por el Estado y desde el poder de la Administración del Estado.
Desconocía los nombres de los perpetradores de aquel asesinato y de otras
vulneraciones y abusos, pero no importaba porque eran los nombres de
todos los hombres (y mujeres) de la dictadura. Acaso ese sentimiento de
odio no sea muy edicante, pero es odio lo que generan las dictaduras
y por eso mismo dañan las vidas no sólo de quienes crecieron en ellas,
sino de sus descendientes3. El recuerdo de Ruano no ha sido para mí una
remembranza particular durante los cuarenta años transcurridos tras su
detención y asesinato, pero cuando de tarde en tarde por alguna razón he
pensado en los hechos, la evocación resulta muy intensa a pesar de que ni
siquiera recordaba el rostro que tal vez vi en los pasquines que difundieron
la noticia y promovieron movilizaciones. O tal vez ni siquiera vi aquellos
papeles impresos cuando circularon, y en realidad los recuerdo por haberlos
manejado años después en cualquier archivo al que acudía para realizar mi
trabajo, y confundo el tiempo y lo mezclo todo.
Lo cierto es que no sabía casi nada de él, de Ruano, incluso debo
admitir que si bien nunca olvidé los hechos, sí olvidé su nombre hasta hace
pocos años, (y probablemente esa es otra armación poco ejemplar, pero es
la pura verdad). Lo más cercano siempre fue el romance que Lluís Serrahima
escribió sobre los hechos y que la hermosa expresión musical y vocal de
3 MIÑARRO, A; MORANDI,T: “Trauma psíquico y transmisión intergeneracional. Efectos
psíquicos de la guerra del 36, la posguerra, la dictadura y la transición en los ciudadanos
de Cataluña”, en VINYES, R. (Ed). El Estado y la memoria. Gobiernos y ciudadanos ante los
traumas de la historia. Barcelona, RBA, 2009, p.p.441-463

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