El giro de la economia argentina

AutorClaudio Katz
CargoEconomista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda)
Páginas100-132
EL GIRO DE LA ECONOMIA ARGENTINA
Claudio Katz1
Resumen
No obstante los elogios que recibe en varias partes del mundo, el programa
económico de Nestor Kirchner, el esquema actual recoge la centralidad agra-
ria del régimen agro-exportador, la prioridad industrial de la substitución de
importaciones y la regresividad social del curso neoliberal. Hay que observar
que el aumento de la productividad del trabajo no se difunden a los salarios y
que la informalidad sigue siendo muy alta. Las contradicciones del esquema
actual no son pequeñas: el nivel de endeudamiento afecta negativamente la
competitividad, la concentración f‌inanciera se eleva y las exportaciones pri-
marizadas aumentan junto a importaciones de mayor valor agregado. Quizás
lo más importante es que la desnacionalización avanza y mantiene el capita-
lismo en Argentina en la misma línea de vulnerabilidad del resto de América
Latina. La heterodoxia conformista no capta estos desequilibrios y la ortodoxia
distorsiona sus causas y consecuencias. Un genuino programa de izquierda
incluye una perspectiva anticapitalista y no se reduce al distribucionismo.
Palabras-clave: neo-desarrollismo; economía argentina; modelo económico.
Clasif‌icación JEL: A13, O54
1. EL CURSO NEO-DESARROLLISTA
Al cabo de cuatro años de intenso crecimiento comienza a perf‌ilarse
un nuevo modelo de sesgo neo-desarrollista. Este patrón de acumulación
combina el énfasis industrialista que tuvo la sustitución de importaciones
1 Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su pagina web es: www.
lahaine.org/katz
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El giro de la economia Argentina
(1930-75), con la estrecha asociación con el capital extranjero que presentó
el breve experimento desarrollista (1958-62). Pero el esquema en gesta-
ción presenta, además, puntos de contacto con el régimen agro-exportador
(1930-75) en la centralidad de la actividad agraria y un parentesco con el
curso neoliberal f‌inanciero (1975-2001) en la regresividad social.
El término modelo tiene una acepción de largo plazo si se lo utiliza
para aludir a esos antecedentes. En cambio tiene un signif‌icado más acotado
si se alude a ensayos cambiarios, aduaneros o f‌iscales (tablita de Martínez
de Hoz, convertibilidad y apertura de Cavallo). En el primer sentido, es
decir como un curso estructural de varias décadas, la nueva conf‌iguración
constituye solo una tendencia.
El neo-desarrollismo es un proyecto actualmente compartido por todas
las clases dominantes. Pero su comando recae sobre las grandes empresas
argentinas que han internacionalizado su actividad. Estas compañías se
han entrelazado con capitales foráneos, adoptaron un perf‌il exportador y
tienen muchos negocios en el exterior. No priorizan el mercado interno, la
acumulación endógena, ni la redistribución de ingresos. Propician un rumbo
industrialista que es aceptado por los sectores más poderosos del agro-ne-
gocio y también alentado por las empresas extranjeras, que af‌ianzaron su
liderazgo en numerosas rubros.
Kirchner estimula esta orientación en un marco de nítida recuperación
económica. El PBI ya supera el nivel de actividad que precedió a la crisis
y el auge continuaría durante el 2007. Este avance tiene varios motores,
pero ha sido especialmente estimulado por el viento de cola aportado por
el encarecimiento de los productos básicos que exporta el país. El repunte
productivo obedece, además, a la magnitud de la depresión previa, que des-
valorizó masivamente el capital y la fuerza de trabajo, creando condiciones
óptimas para un rebote de la producción.
El curso de la economía argentina sintoniza con el sendero adoptado
por muchos gobiernos latinoamericanos. En toda la región, la apertura
comercial, la privatización de los servicios públicos y la desregulación
f‌inanciera de la década pasada afectaron severamente la competitividad
de los capitalistas. Este impacto induce a un generalizado viraje. ¿Pero
cuáles son las características del nuevo esquema? ¿Qué intereses bene-
f‌icia y cuáles penaliza?
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1.1. Neo-desarrollismo industrial
El esquema en curso comparte con la sustitución de importaciones
un origen semejante, ya que ambos brotaron de una crisis de envergadura
histórica (1930 y 2001). En los dos casos la clase dominante comandó un
giro hacia la industrialización que derivó en fases de alto crecimiento2.
Pero el viraje manufacturero actual ya no cubre las simples carencias
industriales que predominaban en los años 30. Irrumpe luego de un dramático
proceso de regresión fabril que desarticuló la estructura productiva.
La reversión de esta demolición ha comenzado con una la recupe-
ración industrial, luego del mayor dinamismo que tuvieron los servicios
durante los 90. Este resurgimiento manufacturero es un resultado directo
de la devaluación, el abaratamiento de la fuerza de trabajo y la capacidad
ociosa precedente y no conduce a reconstruir el viejo tejido industrial
centrado en el mercado interno3.
El efecto más visible del giro industrialista es la modif‌icación del ciclo
económico. Si la recuperación en curso no se detiene, la periodicidad de una
crisis cada 6 o 7 años (1975-76, 1982, 1989-90, 1995, 2001-02) quedaría
sustituida por otra secuencia de la acumulación.
La revitalización industrial es auspiciada por el gobierno a través de
subsidios a los industriales. Para f‌inanciar promociones, desgravaciones
y rebajas de cargas patronales, el f‌isco autorizará este año exenciones por
14.892 millones de pesos, es decir el 10% de la recaudación. Esta subvención
incrementa en un 12% el auxilio ya concedido en el presupuesto anterior.
El sostén a los industriales es una prioridad para los recursos obteni-
dos por el Ejecutivo por encima del superávit f‌iscal. Como resultado de a
los superpoderes que delegó el Congreso, varios ministros disponen de 20
fondos f‌iduciarios para solventar los negocios empresarios4.
Algunos partidarios del gobierno argumentan que el engrosamiento del
superávit f‌iscal y la acumulación de reservas permiten al gobierno confrontar
con el establishment. Señalan que la solidez de la caja es indispensable para
2 Entre 1949-1975 PBI creció 127% y PBI industrial 232% (Rapaport, 2006).
3 Varios estudios destacan este cambio de perfil. Por ejemplo: “El nuevo patrón de crecimiento y su impacto sobre el
empleo”. CENDA, septiembre 2006.
4 El presupuesto del 2007 fue nuevamente diseñado con números ficticios que subvalúan el crecimiento, impiden la
discriminación de partidas y garantizan esta delegación de facultades (Página 12, 25 e 30.12.2006)..

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