El logro de la sociología

AutorSalvador Giner
Páginas1-36
R E V I S T A I N T E R N A C I O N A L I N T E R D I S C I P L I N A R I N T E R T H E S I S - PPGICH UFSC
EL LOGRO DE LA SOCIOLOGÍA
THE ACHIEVEMENT OF SOCIOLOGY.
Salvador Giner
Resumen:
El artículo comienza por decir que la conciencia contemporánea no sería la misma sin la
presencia de la sociología – una ciencia humana y no sólo social – que es, en el conjunto
de las ciencias sociales, la ciencia cognitiva que estudia la condición humana. La
sociología es una ciencia multidimensional, su historia es la de una disciplina que acumula
conocimiento objetivo. Pero apenas la ética de la objetividad no basta para cultivar las
ciencias humanas, ésas ganarán en alcance así como en dignidad teórica sólo si residen en
nuestra competencia moral. En resolución nos dice que, la continuidad del modo sociológico
en la cultura moderna y su hegemonía presente se justifican sólo si la sociología mantiene
su fidelidad a los principios de la intencionalidad racional, por una parte y del humanismo por
otro, sin perder entre ellos el espacio de la estructura social de la libertad y de los sueños
humanos.
Palabras-clave: Sociología; ciencias humanas; conciencia sociológica; condición
humana; objetividad.
Resumo:
O artigo inicia falando que consciência contemporânea não seria a mesma sem a
presença da sociologia – uma ciência humana e não somente social – que é, no conjunto
das ciências sociais, a ciência cognitiva que estuda a condição humana. A sociologia é
uma ciência multidimensional, sua história é a de uma disciplina que acumula
conhecimento objetivo. Porém somente a ética da objetividade não é suficiente para
cultivar as ciências humanas; essas incorporarão amplitude, bem como dignidade teórica,
apenas se fundamentadas em nossa competência moral. Finalmente, afirma que a
continuidade do modo sociológico na cultura moderna e sua atual hegemonia se justificam
somente se a sociologia mantiver-se fiel aos princípios da intencionalidade racional por
um lado e, aos do humanismo por outro; sem perder entre eles o espaço da estrutura
social da liberdade e dos sonhos humanos.
Palavras-chave: Sociologia; ciências humanas; consciência sociológica; condição
humana; objetividade.
Abstract:
2
This essay begins saying that the contemporary conscience wouldn’t be the same without
the presence of sociology – a human science and not only social – which is, in the group
of the social sciences, the cognitive science that studies the human condition. Sociology is
a multidimensional science, being its history that one of a discipline that cumulates
objective knowledge. However, only the ethics of objectivity is not enough to cultivate the
human sciences. They will encompass amplitude, as well as theoretical dignity, only if
grounded on our moral competence. Finally it states that the continuity of the sociological
mode in the modern culture and its current hegemony are justified only if sociology keeps
faithful to the principles of rational intention on one hand, and to the humanism on the
other, without losing, between them, the space of the social structure of liberty and the
human dreams.
Key words: Sociology; human sciences; sociological conscience; human condition;
objectivity.
La inteligencia sociológica del mundo humano
La inteligencia sociológica ha consumado su triunfo. Con harta frecuencia, las gentes
de hoy entienden su condición desde una perspectiva que podríamos calificar de
sociológica, por lo menos en un sentido lato. Es un acontecimiento de primera magnitud en
la historia de la cultura humana. Sin embargo la verdadera dimensión de lo sucedido ha
pasado más desapercibida de lo que quepa imaginar.
La conciencia contemporánea no sería la misma sin la mera presencia de la
sociología entre nosotros. Contemplaríamos el mundo con un talante muy distinto. Hasta lo
trataríamos de otro modo si la sociología, junto a las otras ciencias humanas, no existiera.
Ciertamente, su paisaje sería mucho más pobre. Pero hay más: sin ellas el mundo
contemporáneo no sería lo que suele llamarse ‘mundo moderno’. Éste requiere, para serlo,
la presencia vigorosa en su seno de una concepción secular, laica, analítica, afín a la ciencia
y moralmente humanista, de sí mismo. Esa concepción es, precisamente, la de la
inteligencia sociológica de la realidad. La sociología no es sólo la conciencia crítica de la
modernidad1: es parte esencial de ella.
Las ciencias del ser humano como ser social se han anclado con firmeza, y por muy
buenas razones, en la civilización moderna. Ello a pesar de que aun abunden quienes se
preguntan para qué sirven. Un interrogante irónico que, significativamente, se dirige con
frecuencia a la sociología2. Al margen de esta cuestión, que no merece ser soslayada, la
prosperidad y buen cultivo de la sociología suelen ser un indicador de la modernidad y
3
calidad democrática de cada país. La sociología, su modo de entender la vida y las cosas,
es ya parte esencial del espíritu de nuestro tiempo.
La sociología junto a la antropología, de la que le separan distinciones muy sutiles, a
veces ociosas- es, entre las ciencias sociales, la que tiene como misión ineludible estudiar al
hombre en toda su complejidad. No les son permitidos aquellos privilegios analíticos de que
gozan economistas, politólogos y demógrafos. Estos, por motivos de nitidez metodológica y
eficacia, deben abstraer facetas importantes de las sociedades humanas para concentrar su
atención, con provecho, sobre aquellos aspectos que son propios de sus respectivas
disciplinas: la producción de bienes, o su consumo; la distribución del poder; las tendencias
de la población. En cambio, por lo cabal de sus miras, la sociología es, ante todo, ciencia
humana, y no sólo social. No puede circunscribirse a una sola dimensión. Es, en el conjunto
de las ciencias sociales, la que estudia, por imperativo constitucional, la condición humana.
Para ser más precisos, intenta desvelarla, aunque siempre a través del entendimiento
racional de procesos de causa a efecto, mediante demostraciones de cómo tienen lugar. La
sociología es una ciencia cognitiva como cualquier otra3.
Sobre la condición humana hay posibilidades de decir algo firme desde la ciencia
social, mientras que el conocimiento de la naturaleza humana quedará siempre como
cuestión abierta e inagotable4, terreno común legítimo para las incursiones de la filosofía, la
poesía y también para la pesquisa científica, incluida la social.
Solía ser costumbre referirse con una mezcla de desdén y condescendencia a los
pronunciamientos de los primeros sociólogos, del siglo XIX, sobre las virtudes y promesas
de su disciplina. Quienes se atribuyeron por vez primera título tan peregrino como el de
sociólogo confirieron, con entusiasmo de neófitos, un rango desmesurado a la recién
inventada ciencia. Como a la sazón todo era futuro para ella, sus fundadores no tenían
porqué amedrentarse ante la miseria de los resultados palpables de sus desvelos. El
romanticismo de aquel momento histórico contribuía además a hacer plausible lo que a
menudo eran sólo piadosos deseos. Visto aquel episodio con serenidad, comprobamos que
el notable logro intelectual de algunos de aquellos fundadores de profético talante no quedó
dañado del todo por lo pretencioso de sus afirmaciones sobre la ciencia recién estrenada. A
principios del siglo XXI ha llegado ya la hora de conceder un adarme de razón a los
fundadores. Veamos porqué.

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